Pastor nicaragüense cree que el liderazgo evangélico no realizó su papel
mediador en la crisis
“Tenemos un liderazgo
cristiano evangélico que tiene más del 50% de la población. Pero en el diálogo
nacional no pudimos poner ni un solo representante”, asegura el pastor,
conferencista y autor Amilcar Kraudy.
Una de las muchas imágenes
de la crisis social en Nicaragua
Al menos 285 personas han muerto, 2.500
han resultado heridas, 156 desaparecidas y 46 lisiadas de forma permanente en
Nicaragua debido a la represión del Gobierno de Daniel Ortega, según un
informe difundido esta semana por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos
Humanos.
De acuerdo con el
informe entre los fallecidos desde que comenzó la crisis sociopolítica, el
18 de abril pasado, están 20 menores de edad, 20 agentes policiales y un
periodista.
Amilcar Kraudy, pastor,
líder del ministerio Familia Beraca en Managua, Nicaragua, conferencista, y
autor de 21 libros, tiene una visión imparcial del conflicto que ha
desangrado al país centroamericano durante los últimos meses. En entrevista
exclusiva él analiza cuál ha sido -y cuál debería ser- el papel de la
Iglesia evangélica nicaragüense ante la crisis.
Pregunta.- Coméntenos sobre
el rol que ha jugado la iglesia evangélica, sabemos que la Iglesia Católica ha
tenido un rol protagónico en el llamado diálogo nacional, pero ¿Cómo ha sido el
papel que ha jugado la iglesia evangélica durante todo este tiempo?
Respuesta.- El problema
de la iglesia cristiana evangélica en Nicaragua se parece mucho al de América
Latina. Tenemos un doble discurso, siempre estamos diciendo que los
cristianos no nos debemos meter en política, que somos apolíticos, algo que es
totalmente falso porque todos los seres humanos, tenemos una posición política.
Al inicio, cuando todo comenzó, la iglesia cristiana llamó a que se detuviera
la violencia, viniera de donde viniera. Después, murió un hijo de un presbítero
de una de las denominaciones más grandes del país y la denominación dijo que
ellos condenaban esa muerte. Pero se habló de una muerte y no de un asesinato
pese a que el hombre fue muerto de un disparo. Se ha tenido un discurso de
bajo perfil y no habido una posición firme de acuerdo con las
circunstancias, condenado el accionar de la policía. Eso llevó a que la
población no hablara muy bien de la Iglesia [evangélica]. En Nicaragua somos
más del 50% de cristianos evangélicos y en un diálogo nacional la iglesia
evangélica brilló por su ausencia a causa de que tenemos buenos líderes dentro
de nuestras organizaciones, pero pésimos líderes que tengan peso a la hora de
poder traer una voz profética alrededor de las situaciones que acontecen en la
nación.
Pregunta.- Sabemos de líderes
evangélicos, incluso pastores, que en el pasado han tenido mucha cercanía con
el presidente Ortega. ¿Cuál ha sido la posición de estos líderes, de estos
pastores, ahora que todo el pueblo se ha volcado en contra del gobierno?
Respuesta.- Ellos continúan en
su posición mediática y la mayoría del liderazgo evangélico, incluyendo a los
que han tenido mucha relación con él, siguen llamando a la Iglesia nada más a
la oración. Yo no estoy de acuerdo en que los evangélicos llamemos a una
insurrección o a una desobediencia. Pero es que no habido una instrucción
clara. Moisés cuando vio el mar rojo, comenzó a orar y Dios le dijo… ‘Pero
¿porque oras? Es tiempo de marchar, extiende tu vara’. Me parece que hay
un tiempo para orar, pero también hay un tiempo para avanzar, y la Iglesia en
medio de todo esto no hemos tenido la suficiente gallardía para dirigir al
pueblo y conducirlo en medio de esta crisis. Más bien hemos llamado a la gente
a estar en ayuno y oración, y eso como que nos ha llevado a una pérdida de
liderazgo. Si tú me preguntas a mí ¿Quién es el gran perdedor en medio de
todo lo que está ocurriendo en Nicaragua? Yo te diría; el liderazgo cristiano
evangélico con su posición mediática.
Pregunta.- Por lo que usted nos
está diciendo, parece que no es suficiente la oración y el ayuno. ¿Qué sería a
su criterio lo ideal, lo que a usted le gustaría estar viendo a la Iglesia
hacer en estos momentos?
Respuesta.- Si somos 3 millones de
nicaragüenses; ¿no crees tú que podríamos tener una posición más
beligerante? Hace poco se hizo un acto en la Plaza de la Biblia y la
denominación más grande, que se jacta de tener 1 millón 200 mil personas en su
denominación, no pudo colocar en esa plaza a más de 400 personas. Es a causa de
que su liderazgo no define su posición, no política, pero sí su posición
respecto a la crisis. Eso es lo que muchos estamos demandando. Algunos de
nosotros lo que hemos optado es permanecer aparte de lo que es el mover
denominacional. Sí hemos visto las oraciones y hemos visto esos tiempos de
intercesión en plazas, en lugares, momentos de humillación que han sido de
mucho poder. Pero, si somos
3 millones, no se ha llevado nunca en ninguno
de esos lugares, a más de 1.000 personas. Sólo hubo una muy bonita
manifestación de la juventud cristiana evangélica autoconvocada -que se
llamaron así- y que fue cubierta por el canal Enlace. Se movilizó de la rotonda
Rubén Darío a la Jean Paul Genie y era bien grande, de más de 3 ó 4 kilómetros.
Hoy por hoy bajo las condiciones en que está el país ya no se pueden hacer
muchas manifestaciones por la presencia de francotiradores en edificios que
disparan a mansalva a las personas que andan en la calle. Su único pecado puede
ser que anden una bandera de Nicaragua en la mano. Eso es considerado hoy en
día, que esa persona está en abierta oposición al gobierno. La falta de
tolerancia en este país nos está llevando a niveles extremos. Sí hemos visto
que el nivel de oración, el nivel de clamor de la Iglesia ha sido
extraordinario. Grupos de personas, redes ministeriales, denominaciones
completas, orando, declarando palabra, ungiendo el territorio. Pero la
gran mayoría de la iglesia fue únicamente adoctrinada y discipulada, más no fue
preparada para tiempos de crisis ni para actuar fuera de las cuatro paredes de
la iglesia. Esto que hoy vemos en Nicaragua puede ser un vivo ejemplo de lo que
puede ocurrir en medio de las naciones, cuando tenemos iglesias que se
preocupan sólo por introducir gente dentro del templo, pero no preparan líderes
hacia afuera. Hoy tenemos un liderazgo cristiano evangélico que tiene más del
50% de la población. Pero en un diálogo nacional no pudimos poner ni un solo
representante.
Pregunta.- ¿Dentro de todo el
proceso del diálogo nacional no ha habido entonces ningún representante de la
iglesia evangélica?
Respuesta.- Inicialmente se
dijo que eran cuatro los que iban a participar. Dos o tres denominaciones
pusieron su representante. Creo que era un bautista, uno de las Asambleas de
Dios, uno de la Iglesia de Dios y no recuerdo quién era el otro. Al fin y al
cabo, la iglesia católica junto con el gobierno, definieron quienes iban y
quienes no iban y la iglesia cristiana evangélica fue obviada o fue
apartada. Desde ahí tú notas la poca beligerancia que
tenemos. Tenemos un liderazgo muy fuerte pero que es denominacional, de
organización, y entonces al no crear este vínculo, cuando los líderes dicen
‘vamos adelante’ la gente no quiere salir del templo. Estamos hablando siempre;
‘yo soy la denominación más grande, yo represento a 3000 pastores, yo a 5000
pastores’. Pero eso en el fondo lo que demostró es que puedes tener muchos,
pero, a la hora de querer mover a la gente y mostrar que tienes una
representatividad en la nación, no es posible. Creo que veremos surgir en
los próximos días un liderazgo emergente en medio de nuestra nación. Creo que
ese liderazgo cristiano beligerante, dispuesto a tomar posiciones no
necesariamente dentro de la política, pero sí dentro del actuar de la nación,
tendrá que verse pronto. Seguiremos orando, seguiremos creyendo que Dios
intervendrá en medio de nuestra nación. Yo creo que Nicaragua, a pesar de lo
que se diga, sigue siendo tierra de pacificadores. Tú puedes ver en esas calles
a miles de personas sin un arma en las manos, enfrentando una policía que está
armada hasta los dientes. Es una batalla desigual. Creo que realmente aquí para
el gobierno que hoy tenemos, se vuelve ingobernable el país y tiene que haber
una solución pacífica.
Pregunta.- ¿Cuál es su análisis de
lo que va a suceder o de lo que podría suceder a futuro? ¿Usted cree que el
presidente Ortega llegue a aflojar sus condiciones, que llegue a poner abajo?
Parece que la única condición por parte de los opositores, de los jóvenes
estudiantes, es que Ortega abandone el poder. ¿Usted cree que el presidente
llegue a conceder eso?
Respuesta.- El gran tema de
esto es que, en este país, ocurrió un fenómeno totalmente extraño, los partidos
políticos quedaron a un lado y los jóvenes [fueron los que] arrancaron. Ahora
son los campesinos a la par de ellos y la población en general. Si me preguntas
si yo creo que se queda o se va, el tema es que hay cientos de muertos, hay
como 70 desaparecidos y miles de personas heridas. Es demasiado el
derramamiento de sangre y el irrespeto de la población a la policía y a las
instituciones del estado. Hoy miras a un policía en un semáforo y alguien baja
el vidrio y lo que le grita es ‘¡Ey! ¿A qué horas comienzan a matar?’ O sea el
problema es que la población perdió el respeto a la institucionalidad del país
y para recomponerlo no veo cómo ellos puedan recuperar la gobernabilidad del
país sin hacer cambios realmente profundos en la forma de hacer gobierno en
esta nación. Creer que esto es de que mañana quitan las barricadas y todo
vuelve a la normalidad, es muy difícil porque la herida en medio de la sociedad
es muy grande y es muy profunda. Yo escuchaba las posiciones de analistas
políticos y todo mundo no sabe ni qué pensar porque es muy difícil encontrar
una salida. La OEA habla de adelantar las elecciones para finales del 2019.
Hermano, 18 meses más en este tipo de batalla y yo creo que en Nicaragua
no quedaría gente. Necesitamos una salida democrática en los próximos días para
este país. Estamos creyendo que Dios intervendrá. Las profecías han abundado,
pero lo que estamos esperando es la intervención de Dios y que se abra una
ventana en medio de lo que hoy no se logra ver, para poder ver a nuestra nación
regresar a la senda de la justicia. Realmente creo que esto va a traer un
despertar. La iglesia cristiana hoy está orando por un avivamiento en
Nicaragua. Yo creo que viene el mejor tiempo para la Iglesia de Jesucristo en
esta nación y que lo que estamos viviendo solamente es como para un despertar
porque Nicaragua se levantará. Tengo la certeza que veremos la mejor Nicaragua
emerger en los próximos días en esta nación.
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Dios te siga bendiciendo