¿Cuál es el propósito de la aflicción?
Por Betsy Gómez
Por Betsy Gómez
Leamos la Biblia juntas | 1 Pedro 1:6-7
Hace un par de semanas iniciamos nuestro recorrido por la carta de 1ra. de Pedro y en
tan solo 5 versículos hemos descubierto hermosas verdades. ¿Podrías
identificarlas antes de seguir leyendo?
Aquí van algunas:
-Somos extranjeras porque no
somos de este mundo. Pertenecemos a la Ciudad de Dios.
- Hemos sido elegidas y
santificadas por Dios para obedecer a Cristo.
- Porque Cristo resucitó,
tenemos una esperanza viva. ¡Viviremos para siempre con Él!
-Dios guardará nuestra fe hasta
el fin.
Es importante no perdamos esto
de vista, recuerda que estamos leyendo una carta, no versículos aislados uno
del otro. Todas estas verdades y promesas deberían literalmente hacernos saltar
de gozo. Fíjate que es justamente eso lo que Pedro les señala,
6 En
lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco de
tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, 7 para que la
prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por
fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo;
Pero luego introduce dos
palabras que no son fáciles de recibir “aunque ahora”, sé que conoces esa
sensación dulce amarga, los “aunque ahora” no son muy bienvenidos. Como cuando
tu mamá te dice: “Sí, podrás ir al paseo, aunque ahora tendrás que limpiar tu
habitación.” “Si, puedes hablar con ese chico, aunque ahora sólo pueden ser
amigos.” Es como si los “aunque ahora” trataran de conspirar con nuestra
felicidad inmediata. Pero este es diferente a todos los demás, este “aunque
ahora” produce un gozo que no puede ser encontrado en ningún otro lugar
Él “aunque ahora” de Dios
…aunque ahora, por un poco de
tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, 7 para que la
prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por
fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de
Jesucristo;
Has sido elegida para obedecer
a Cristo y Dios se ha comprometido en guardar tu fe hasta el fin, ¡eso es
grandioso! “Aunque ahora”… si es necesario Dios nos dará la oportunidad de
probar si nuestra fe es verdadera y lo hará a través de la aflicción.
Si de algo puedes estar segura
es que te encontrarás en momentos de dolor, situaciones que te llevarán al
extremo, circunstancias en las que demostrarán lo genuino de lo que dices
creer. No es un examen escrito u oral, es un examen práctico. Esto no debería
sorprendernos porque Cristo mismo nos lo advirtió cuando le dijo a sus
discípulos “En el mundo tendrán aflicción”.
Ahora…¿te has preguntado si
Dios necesita probarlos para saber si nuestra fe es verdadera?¡Por supuesto que
no! Pero nosotras sí necesitamos ver nuestra fe siendo refinada y ser animadas
al sobrepasar las aflicciones y permanecer firmes en Cristo.
Las pruebas no son para destruirte
“Confiad yo he vencido al
mundo”, fueron las palabras que continuaron la advertencia de Cristo y en 1
Pedro 1:5 también vemos que nos protege. Así que podemos descansar en la verdad
de que el fuego de la prueba no ha venido para destruir nuestra fe, si no para
purificarla, así como el oro es refinado por el fuego, así tu fe resultará más
preciosa.
Las pruebas no son eternas
Después del “aunque ahora”,
encontramos “por un poco de tiempo”. ¡Esa sí que es una buena noticia! Tus
sufrimientos lucirán pasajeros cuando aprendas a verlos con los lentes de la
eternidad. ¡Estaremos con Jesús para siempre! Por toda la eternidad donde no
habrá más dolor, más llanto, más lágrimas, allí no habrá necesidad de ser
probadas, porque el objeto de nuestra fe estará en medio de nosotros.
Fíjate que aquí no habla de
tentación, si no de pruebas. Situaciones que Dios orquesta y permite para
darnos la oportunidad de santificarnos y fortalecer nuestra fe.
Una fe probada da gloria a Dios
¿Cuál es la razón por la que
Dios prueba nuestra fe? La respuesta está en el versículo 7. ¿Te atreves a
responder?
Una joven que permanece firme
en medio de las aflicciones demostrará una fe que resultará en alabanza, gloria
y honor cuando Jesús sea manifestado. ¡Toma ventaja de todos tus momentos
difíciles, no desperdicies el dolor, no tires las lágrimas que salen de tus
ojos! Úsalo como el terreno sobre el cual tu fe pueda caminar con pasos firmes!
A pesar de lo difícil que sea el camino a Casa, pon tus ojos en el Salvador, el
gozo de contemplarle será siempre mayor que el dolor que experimentan tus pies
en lo pedregoso del camino.
Reflexión
¿El Evangelio hace saltar tu
corazón de alegría? Si la respuesta es no, toma un momento y pídele al Señor
que abra tus ojos a Su obra.
¿Qué tipo de tribulación estás
enfrentando?
¿Cómo está fortaleciendo Dios
tu fe?
¿De qué manera te llevan estos
versículos a pedir perdón y a alabar a Dios?
¿Cómo puedes convertir estos
pasajes en una oración a Dios?
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Dios te siga bendiciendo