Mortalidad Materna
Datos y cifras
- Cada día mueren aproximadamente casi 830 mujeres por causas
prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.
- Un 99% de la mortalidad materna corresponde a los países en
desarrollo.
- La mortalidad materna es mayor en las zonas rurales y en las
comunidades más pobres.
- En comparación con otras mujeres, las jovenes adolescentes corren
mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.
- La atención especializada antes, durante y después del parto puede
salvarles la vida a las embarazadas y a los recién nacidos.
- La mortalidad materna mundial se ha reducido en alrededor del 44%
entre 1990 y 2015.
- La meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es reducir la
razón de mortalidad materna (RMM) mundial a menos de 70 por 100 000
nacidos vivos entre 2016 y 2030.
La
mortalidad materna es inaceptablemente alta. Cada día mueren en todo el mundo
unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el
parto. En 2015 se estimaron unas 303 000 muertes de mujeres durante
el embarazo y el parto o después de ellos. Prácticamente todas estas muertes se
producen en países de ingresos bajos y la mayoría de ellas podrían haberse
evitado1.
Desde 1990 varios países subsaharianos han
reducido a la mitad su mortalidad materna. En otras regiones, como Asia y el
Norte de África, los progresos han sido aún mayores. Entre 1990 y 2015, la RMM
mundial (es decir, el número de muertes maternas por 100 000 nacidos vivos)
solo se redujo en un 2,3% al año. Sin embargo, a partir de 2000 se observó una
aceleración de esa reducción. En algunos países, las reducciones anuales de la
mortalidad materna entre 2000 y 2010 superaron el 5,5%.
Los Objetivos de Desarrollo
Sostenible y la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el
Adolescente
Al ver que es posible acelerar la reducción,
los países han adoptado una nueva meta para reducir aún más la mortalidad
materna. Una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 consiste en
reducir la RMM mundial a menos de 70 por 100 000 nacidos vivos y lograr que
ningún país tenga una mortalidad materna que supere el doble de la media
mundial.
Distribución de la mortalidad
materna
El alto número de muertes maternas en algunas
zonas del mundo refleja las inequidades en el acceso a los servicios de salud y
subraya las diferencias entre ricos y pobres. La casi totalidad (99%) de la
mortalidad materna corresponde a los países en desarrollo: más de la mitad al
África subsahariana y casi un tercio a Asia Meridional. Más de la mitad de las
muertes maternas se producen en entornos frágiles y contextos de crisis
humanitaria.
La razón de mortalidad materna ratio en los
países en desarrollo en 2015 es de 239 por 100 000 nacidos vivos, mientras
que en los países desarrollados es tan solo de 12 por 100 000. Hay grandes
disparidades entre los países pero también en un mismo país y entre mujeres con
ingresos altos y bajos y entre la población rural y la urbana.
El mayor riesgo de mortalidad materna
corresponde a las adolescentes de menos de 15 años. Las complicaciones del
embarazo y el parto son una de las causas de muerte principales de las
adolescentes en la mayoría de los países en desarrollo. 2, 3
Por término medio, las mujeres de los países
en desarrollo tienen muchos más embarazos que las de los países desarrollados,
por lo que tienen mayor riesgo de muerte relacionada con el embarazo a lo largo
de la vida. El riesgo de muerte relacionada con la maternidad a lo largo de la
vida (es decir, la probabilidad de que una mujer de 15 años acabe muriendo por
una causa materna) es de 1 en 4900 en los países desarrollados y de 1 en 180 en
los países en desarrollo. En los países clasificados como estados frágiles el
riesgo es de 1 por 54, lo cual demuestra las consecuencias de la descomposición
de los sistemas de salud.
continua
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Causas de mortalidad materna
Muchas mujeres mueren de complicaciones que
se producen durante el embarazo y el parto o después de ellos. La mayoría de
esas complicaciones aparecen durante la gestación y la mayoría son prevenibles
o tratables; otras pueden estar presentes desde antes del embarazo, pero se
agravan con la gestación, especialmente si no se tratan como parte de la
asistencia sanitaria a la mujer. Las principales complicaciones, causantes del
75% de las muertes maternas, son4:
- las hemorragias graves (en su mayoría
tras el parto);
- las infecciones (generalmente tras el
parto);
- la hipertensión gestacional
(preeclampsia y eclampsia);
- complicaciones en el parto;
- los abortos peligrosos.
Las demás están asociadas a enfermedades como
el paludismo o la infección por VIH en el embarazo o causadas por las mismas.
Reducción de la mortalidad materna
La mayoría de las muertes maternas son
evitables. Las soluciones sanitarias para prevenir o tratar las complicaciones
son bien conocidas. Todas las mujeres necesitan acceso a la atención prenatal
durante la gestación, a la atención especializada durante el parto, y a la
atención y apoyo en las primeras semanas tras el parto. La salud materna y
neonatal están estrechamente relacionadas. Alrededor de 2,7 millones de recién
nacidos murieron en 20155,y otros 2,6
millones nacieron muertos.6 Es
particularmente importante que todos los partos sean atendidos por
profesionales sanitarios capacitados, dado que la atención y el tratamiento a
tiempo pueden suponer para la mujer y el niño la diferencia entre la vida y la
muerte.
Las hemorragias
graves tras
el parto pueden matar a una mujer sana en dos horas si no recibe la atención
adecuada. La inyección de oxitocina inmediatamente después del parto reduce el
riesgo de hemorragia.
Las infecciones tras el parto
pueden eliminarse con una buena higiene y reconociendo y tratando a tiempo los
signos tempranos de infección.
La preeclampsia debe detectarse
y tratarse adecuadamente antes de la aparición de convulsiones (eclampsia) u
otras complicaciones potencialmente mortales. La administración de fármacos
como el sulfato de magnesio a pacientes con preeclampsia puede reducir el
riesgo de que sufran eclampsia.
Para evitar la muerte materna también es
fundamental que se eviten los embarazos no deseados o a edades
demasiado tempranas. Todas las mujeres, y en particular las
adolescentes, deben tener acceso a la contracepción, a servicios que realicen
abortos seguros en la medida en que la legislación lo permita, y a una atención
de calidad tras el aborto.
Obstáculos a que las mujeres reciban
la atención que necesitan
Las mujeres pobres de zonas remotas son las
que tienen menos probabilidades de recibir una atención sanitaria adecuada.
Esto es especialmente cierto en regiones con pocos profesionales sanitarios
cualificados, como el África subsahariana y Asia Meridional. Aunque la atención
prenatal ha aumentado en muchas partes del mundo durante el último decenio,
solo el 51% de las mujeres de los países de ingresos bajos se benefician de una
atención especializada durante el parto. Esto significa que millones de partos
no son asistidos por un médico, una matrona o una enfermera diplomada.
En los países de ingresos elevados,
prácticamente todas las mujeres realizan como mínimo cuatro consultas
prenatales, son atendidas durante el parto por profesionales sanitarios
capacitados y reciben atención posnatal. En 2015, solamente el 40% de las
embarazadas de países de ingresos bajos realizaron las consultas prenatales
recomendadas.
Otros factores que impiden que las mujeres
reciban o busquen atención durante el embarazo y el parto son:
- la pobreza;
- la distancia;
- la falta de información;
- la inexistencia de servicios adecuados;
- las prácticas culturales.
Para mejorar la salud materna hay que
identificar y eliminar los obstáculos al acceso a servicios de salud materna de
calidad en todos los niveles del sistema sanitario.
Respuesta de la OMS
Durante la Asamblea General de las Naciones
Unidas de 2015, celebrada en Nueva York, el Secretario General de las Naciones
Unidas, Ban Ki-moon presentó la Estrategia Mundial para la Salud de la
Mujer, el Niño y el Adolescente 2016-20307.
La Estrategia es una hoja de ruta para la agenda posterior a 2015, tal como se
describe en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y tiene como meta acabar
con todas las muertes evitables de mujeres, niños y adolescentes, además de
crear un entorno en el que estos grupos de población no solo sobrevivan, sino
que además se desarrollen y vean transformarse sus entornos, su salud y su
bienestar.
Como parte de la Estrategia mundial para
acabar con la mortalidad materna prevenible, la OMS está colaborando con los
asociados para:
- resolver las desigualdades en la calidad
de los servicios de atención de la salud reproductiva, materna y neonatal
y en el acceso a ellos;
- lograr una cobertura sanitaria universal
para una atención integral a la salud reproductiva, materna y neonatal;
- abordar todas las causas de mortalidad
materna, de morbilidad reproductiva y materna, y de discapacidades
conexas;
- reforzar los sistemas de salud para
recopilar datos de alta calidad a fin de que respondan a las necesidades y
prioridades de las mujeres y niñas; y
- garantizar la rendición de cuentas con
el fin de mejorar la calidad de la atención y la equidad.
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